Olimar acaba de volver a casa, feliz de estar aún vivito y coleando. Tras realizar un aterrizaje forzoso en un planeta alienígena, no tardó en percatarse de que la única vía de escape consistía en aprovechar las aptitudes de los Pikmin: unas pequeñas criaturas, a su mando, se afanaban en buscar los componentes de su querida nave espacial que se habían desperdigado por doquier. Con solo 30 días para completar la misión antes de agotarse el suministro de oxígeno de emergencia, Olimar nunca olvida a los Pikmin que le ayudaron cuando más lo necesitaba.
0 comentarios: